La cita invisible

Terminamos de estudiar cuando empieza a contarme de que está un poco cansado de la vida de novio. Que extraña eso de "hacer el filo". De ponerse a hablar con una mina en un boliche, de llamarla por teléfono, de invitarla a salir, de conocerla, y de todas esas cosas.

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Cuando vamos en el auto (él me lleva a mi casa), es como si cambiara de actitud. Ya no es mi compañero de la facultad: es un chico que no conosco y con el que salgo por primera vez. Quizá son los gestos que hace (esos que uno hace cuando quiere caer bien), o las cosas que me cuenta (esas que uno cuenta cuando quiere caer bien).

Entonces yo - en silencio - me prendo en su juego inconciente e inocente de una cita invisible. Y ya no soy mas su compañera de la facultad: soy una chica que sale con él por primera vez.

Paseamos (por que queda de paso) por uno de los barrios mas lindos de esta ciudad y comentamos sobre lo lindas que son las casas. Y nos contamos historias sobre las casas mas antiguas de la zona: "acá vivían los abuelos de un amigo. Pero después tuvieron un problema - juicio de por medio - y se quedaron sin nada".

Como "no nos conocemos", hablamos de cosas triviales: "el clima, la FM, el ruidito raro en el motor, el gol de Maxi Rodriguez y otras sandeces".

Llegamos ami casa.

Y ahí es cuando afirmo que el juego era de los dos, por que cuando me estoy por bajar, me da un besito inocente en la comisura de los labios, espera que yo entre a mi casa y se va.