jueves, marzo 15, 2007

Con el agravante de ...

Lo invoqué telepáticamente. Me dijo: "paso el sábado por tu casa". Y eso es una mala señal. Es decir, no mala: pésima. Porque tanto pensar y pensar en el maldito sábado, pueden pasar dos cosas. Ambas trágicas.

Una. Que no venga.
Dos. Que yo me comporte como una estúpida y logre espantarlo una vez más.

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