domingo, febrero 18, 2007

Masturbación cerebral de domingo a la noche

No pienso cuestionarte tu estado. Es que aveces las paredes de la cocina parecen respirar, como si tuvieran vida, o algo. Y tenía la necesidad de hablar con personas reales, (bueno virtuales que a esta altura es más o menos lo mismo).

Me veo gorda, fofa, fea.

Estoy gorda, fofa, fea.

Pero yo no voy a cuestionarte si te ponés "ausente" cuando sé que estás ahí.

Ni tampoco voy a dejar de mirar de reojo por el pasillo para minimizar esta ventana cuando aquel individuo que conozco cada día, se aproxime sigilosamente a la puerta.

Hoy pensaba en caminar mirando al piso. Y mientras miraba el piso me encontré dos pesos falsos. Pensé en guardar aparte la plata que me encontrara, y así saber cuánta plata me encuentro en un año, por ejemplo. Pero después pensé que si algún día me encontraba plata y me hacía falta en ese momento, debería, indefectiblemente, usarla. Después también pensé que ese problema, podría solucionarlo, depositando la misma cantidad de plata, después. Y eso me llevó a pensar a que hago reglas o decreto normas propias y después les arranco la ropa y las violo. Seguía mirando el piso cuando pasé por una vereda rota. Pensé que podrían ser señales de algo. Pensé que esas señales bien podrían estar en el piso, como en las paredes o en los aleros. Y no llegué -logicamente- a ninguna conclusión.

Hoy imaginé una mujer que pudiera quedarse sentada, mirando un TV apagado y pensando. Después pensé que todos dirían: está loca. Después pensé que, sino estaba loca, estaría por volverse loca en cualquier momento.

Esa mujer podría ser yo.

Lo pensé mientras estaba sentada, con los codos apoyados en una mesa y mirando un TV apagado.

1 Delirios ajenos:

Blogger Dr. CroW said...

Los domingos a la noche se prestan para esas cosas.

10:16 p. m.  

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