jueves, febrero 01, 2007

El monólogo de una idiota

"...y no era eso solamente. Era mi indecisión y la tuya también. ¿Viste?. Nos habíamos quedado como estatizados, como si de repente yo me asomaba por una ventana y nos veía a ambos convertidos en estatuas de cera. Eramos patéticos. No sé...ami me daba esa sensación.

La verdad que no sé para que te digo todo esto. Vos te quedás callado, me mirás de vez en cuando, pero casi todo el tiempo mirás para adelante, como pensando en otra cosa.

¿Pensás en otra cosa cuando mirás para adelante?.

Decime la verdad...¿Ves?. Siempre hacés lo mismo: cuando te toca hablar me mirás y te reís. Vos sos una especie de maniquí. Un muñeco de nieve. Y tus sonrisas son inexpresivas. Yo no sé qué querés decir cuando decís: ¡Ja!.

Aparte desde ese día que nos encontramos en la parada del N1, en la 27 de abril que cuando yo me fuí, nos abrazamos re lindo y desde el colectivo yo te saludé con la mano y vos también me saludaste y fué todo como re...no sé...¿romántico?..."

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