martes, diciembre 12, 2006

Pasajeros en trance

La rutina es más rutina sin sexo.

Entonces por ejemplo yo voy en el colectivo mirando por la ventanilla y pensando. Y siento una extremidad alcanzándome por la luz que hay entre la butaca y la ventanilla. Yo por ejemplo pienso que puede ser una rodilla y entonces (por ejemplo) me dejo acariciar por esa rodilla que vibra al son del asfalto. Pero si después, siento un sutil pelliscón, elaborado finamente con dos dedos de hombre en los cueros firmes de mi cintura, entonces, por ejemplo, dejo de pensar en el vibrar del colectivo y en el asfalto y empiezo a pensar que alguien, el pasajero que viaja detrás mio, me está tocando. Entonces yo me dejo tocar. Entonces yo lo dejo que me toque. Y me duermo con las caricias secretas de un desconocido. Y primero me relajo. Pero después, inevitablemente, me excito. Si por ejemplo yo no sé que hacer. Si me voy o me quedo. Si por ejemplo, yo no sé si se trata de un violador o un simple trabajador que está caliente. Si por ejemplo yo pienso que me gusta que me toque. Y que él lo necesita. Que quizá soy su única oportunidad de tocar a una mujer (por el módico precio de un peso con cuarenta). Y si por ejemplo en ese momento, veo desaparecer fugaz, a una mano oscura de la escena. Si por ejemplo esa mano quería tocarme la pierna. Si por ejemplo esa situación ami me resulta de lo más excitante. O si por ejemplo yo prefiero levantarme y cambiarme de lugar por que de repente todo me resulta descabellado (y peligroso). Si por ejemplo el pasajero en trance, se levanta y se sienta al lado mio, pero del otro lado del pasillo. Si por ejemplo se da vuelta para mirarme. Si por ejemplo yo me quedo re caliente y cuando llego a mi casa, lo único que hago es escribir, por ejemplo, este post.


NB: basado, por ejemplo, en hechos reales.

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