jueves, noviembre 16, 2006

I.R

Esta mañana Ignatius Reilly me sorprendió.

El gordo bigotudo me cedió el asiento en el colectivo.

Creo que está cambiando su estrategia con las mujeres.

Entendió que da más resultado ser cordial y caballeroso, que baboso y repugnante.

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