Viceversa (anécdota universitaria)

El profe:

"Jamás imaginé, cuando la vi entrar, que iba a tener que presenciar algo como eso. En clase era bastante revoltosa (cuando no se dormía) y nunca prestaba atención. Era de esas chicas que aparentan no importarles nada. Pero cuando la vi entrar y se acercó a mi escritorio con esa cara de: "necesito que me ayude", jamás creí que iba a verla en ese estado".

La alumna (osea yo):

"Entré con cara:"por favor, necesito que me ayude" y me acerqué a su escritorio con paso firme y me senté. Estaba convencida de que todo se iba a solucionar con algún chistecito inteligente y las demostraciones verbales de mi "arduo" esfuerzo. Le dije entre suspiros que necesitaba que me tomara el examen, aunque no estuviera inscripta en las actas. Le dije que el error lo había cometido el que me había cargado los datos en el sistema y que me habían tenido largas horas dando vueltas por la facultad, hasta que cerraron la oficina donde tenía que hacer el trámite correspondiente y se me había terminado el plazo para inscribirme por "derecha". Cuando me dijo: "yo no puedo hacer nada por vos", se me cayeron las estanterías. Todos mis planes, todo mi esfuerzo tirado a un conteiner con mierda de caballo. Y se me llenaron los ojos de lágrimas. Me concetraba mirandole los ojos verdes, como de vidrio y él ponía cara de:" me caés bien, pero lo siento mucho" y ami me daban mas ganas de llorar. Entonces él trataba de tranquilizarme (sin resultados). Y por momentos recordaba de que atrás mio, habían otros escritorios, con otras personas y con otros alumnos, que estaban escuchando mis penas académicas y sus consuelos triviales. Me fuí de su oficina (lo saludé con resignación y le dije: "hasta la semana que viene"), bajé las escaleras y el aire frío me entraba en los ojos como el viento cuando se mete por una cerradura".