jueves, julio 27, 2006

Chico de lentes

En la fila esperando el colectivo...

Nene de rulos que le grita a la madre: ¡sos una mentirosa!. Señor con cara de "soy un fracasado y mi cara quiere decir exactamente eso", chica embarazada de campera azul, y otros.

El colectivo no viene. Pasan todos los de la misma línea, menos el que tengo que tomarme yo.

El nene de rulos le grita a la madre: ¡mamá comprame algo, mamá dale, comprame algo. Porfa mami, quiero algo....!.

El señor con cara de fracasado, al ver pasar un Peugeot 306 coupe cabriolet negro, con vidrios polarizados, me dice: que lindo está el "autito" ese. Si, es hermoso, le digo.

La chica embarazada está en otra. La espera pareciera darle lo mismo: estar en su casa o estar en la parada del colectivo, da igual.

El nene con rulos grita: ¡mamá quiero que me compres una Coquita, mamá. DALE MAAAAA!.

- señora...¿sería tan amable de ponerle un bozal a su hijo?.

Yo empiezo a mover el pie frenéticamente. El niño está poniendome de mal humor. Y la madre no le dice nada.

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Llega el "bondi", por fin. Como siempre lleno hasta las manos, como si fuera una lata de sardinas a punto de descajetarse.

Me acomodo en un lugarcito, me agarro de la baranda de uno de los asientos, me pongo los auriculares y apreto "play".

Al rato veo que a medio metro de donde yo estoy parada, está sentada "Anita", una amiga de una amiga. Todo bien con ella, pero a ninguna de las dos nos gustaría ir durante todo un viaje de una hora hablando con la otra. Ni ami con ella, ni a ella conmigo. Yo sé que me vió, pero se hace la que mira por la ventana: genial.

"Hagamos un pacto tácito. Un acuerdo bilateral: ambas vamos a fingir lo mejor que podamos, que no nos estamos viendo".

El niño sigue gritando...incluso puedo escucharlo con los auriculares puestos: escuchando "Iberia sumergida" a todo el volúmen que mis tímpanos pueden soportar.

- señora, si no calla a su hijo voy a tener que tirarlo por la ventana: no me está dejando otra opción.

Mmmmm....que chico lindo aquel que está parado allá. Ese que tiene ojitos claros, lentes y tiene puesto un saco de paño gris. ¡Y me está mirando!.

Está parado como a 6 cabezas de donde estoy yo. El me mira, yo lo miro, y nos hacemos los que no nos miramos.

¿Estudiará Ciencias de la comunicación?. No tiene pinta de abogado. ¿Y si fuera locutor de radio?. ¿Y si fuera profesor de informática II?.

El viaje transcurre sin mayores detalles, nos miramos de vez en cuando, pero nada...

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Me mira, como avisandome: "acá me bajo yo". Y me acuerdo de la vez que un chico se bajó en la misma parada que yo, solamente para preguntarme como me llamaba (resultó ser un imbécil, pero la actitud estuvo linda). El chico lindo no es en realidad tan lindo, pero me gusta. Pasa por atrás mio: sútil. Pasa delicadamente su pecho por mi espalda: su bolso por mi cola. Se da vuelta y me mira, yo lo miro.

El rubio "versión comprimida de Johny Bravo" que está sentado atrás, observa todo. Se rie por dentro. Yo me rio por fuera.

El chico de lentes y ojos claros se baja. Y yo me quedo escuchando Janis Joplin, mientras miro el invierno por la ventana.

2 Delirios ajenos:

Blogger once said...

De lo mejor que te he leído.

Siempre me gustan los posts de observación de la realidad cotidiana, de lo que pensamos y no decimos en esas situaciones...

Lo de "me hago el loco mirando por la ventana fingiendo que no nos hemos visto" es tan mundial... lo hemos hecho todos.

Me gustó mucho, Maia!

7:32 a. m.  
Blogger Maia said...

Gracias once.

7:18 p. m.  

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