viernes, mayo 05, 2006

Historias: clasificación.

Aveces imagino historias.

Historias cortadas por la mitad por que no sé como seguirlas.

Historias rutinarias, por que siempre, haciendo lo mismo, me imagino la misma historia.

Historias soñadas, por que quisiera vivirlas.

Historias cansadas, por que estoy harta de imaginarme lo mismo.

Historias recordadas, por que pienso en historias que podrían haber pasado.

Un ejemplo de historia cortada-rutinaria, es cuando voy a tirar la comida en el tacho de basura de la fábrica donde trabajo, pués: siempre pienso lo mismo.
La comida viene en bandejitas de plástico, envueltas en plástico con el nombre de cada uno de los comensales (no todos pedimos lo mismo).
Como aveces no termino de comer toda la comida, la vuelvo a poner en la bandeja, la envuelvo y la tiro a la basura.
Imagino que un vagabundo encuentra mi bandejita, la abre y se come mi comida. Lee mi nombre y es como si ya me conociera. Lo imagino en un basural y tiene la típica estampa de linyera: barbudo, vestido saparrastrozamente, el pelo largo y una gorra. Es inteligente: un genio incomprendido abandonado por su familia y a su vez "automarginado" de la sociendad. Casi nunca se arrepiente de la vida que lleva.

Lo grave de todo esto, es que cuando me como toda la comida siento que lo estoy traicionando.

Es mas, una vez pensé en poner mi número de teléfono en alguna de esas bandejitas. Para saber al menos si alguien la aprovecha. Después pensé en que era demasiado ridículo y que si alguien en el trabajo me veía poniendole un número de teléfono a la comida iban a pensar; o que soy una éspía de la competencia, o que soy una estúpida. Así que decliné. En realidad, lo que me hizo declinar, fué pensar que de donde carajo me iba a llamar por teléfono un linyera.

Cosas que pasan.

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