lunes, mayo 15, 2006

¡¡Asesina!!

Estaba al lado de la puerta. Con el lomo en el piso y las patitas moviendose frenéticamente para poder darse vuelta: una cucaracha estaba muriéndose.

Yo cruzaba la puerta y la ví: era marrón, espantosa, parecía la extensión viviente de una cloaca.

De haber sido un topo, un escarabajo, una hormiga, incluso si hubiera sido una avispa, la hubiera socorrido para salvarle la vida.

Sin embargo me hice la pelotuda, pasé de largo y la dejé morir.

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