sábado, marzo 01, 2008

Era uno de esos polvos que uno no disfruta (si, sentía culpa) y aparte él tenía la pija floja (y eso tampoco se disfruta).

Al terminar, se sacaba el forro y en la oscuridad de las sombras de una esquina, se lo comía.

Me desperté a las 3 de la mañana con dolor de garganta y me volví a dormir.

2 Delirios ajenos:

Blogger yo said...

como las serpientes con su piel.

8:46 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

puaj!!!
Que suerte no vivir mas esas situaciones (no lo del forro comestible, lo otro)
Cumpli formalmente 7 meses de noviazgo!
Todo llega tocaya, a todos nos llega....
Besazo!

5:29 p. m.  

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