Viernes o no viernes: esa es la cuestión
Capacitaciones. Sueldo. ¿Horas extras?. Ascensos. Ausencias. Vacio. La cola en el banco. El chico que está atrás mio le dice a su compañero: "a la chica que está adelante mio la conosco". Y esa chica soy yo. Pero yo no me quiero dar vuelta para saludarlo. No tengo ganas de hablar con ese idiota. Ni con ese, ni con ningún otro. Y las proezas sexuales de alguien en el colectivo. Soledad. Orgullo. Mucho orgullo revalsandome las tripas. Perder. Pánico a perder. Status. "No me fastidies, por favor". El servicio militar en que se convirtió organizar una cena con amigos. "Hagan fila por acá los que van. Y los que no: al pelotón de fusilamiento". No me hostiguen. No me rompan los huevos. El arma letal de tus suspiros. Las caricias en los brazos. Caricias apenas con la yema de los dedos. Viernes a la noche y todos estamos cansados.
- Esta edad es una edad de mierda.
- ¿Por?.
- Por que no somos lo suficientemente viejos para hacer vida de viejos, ni lo suficientemente jóvenes como para hacer vida de jóvenes.
- Te quiero.
- Y yo a vos.
Comida mexicana. Me como tres tacos. Postre con dulce de leche. La mina que habla de vinos. Y habla de vinos. Y habla de vinos. Y habla de vinos. Y NOS SACA LA PACIENCIA A TODOS POR QUE NO QUEREMOS SABER MÁS NADA DE VINOS. Que las burbujas del champagne, que el cuerpo del vino, que el aroma a frutos rojos y a madera. PELOTUDÍSIMO MONÓLOGO DE LA MINA QUE TUVO UN EX NOVIO ENÓLOGO Y HACE CATARSIS CON NOSOTROS HABLÁNDONOS DE VINOS.
- Vamos por aquella calle - le digo - no me gusta el camino que querés hacer -
- Hay tantas cosas que no me gustan...
- Y bueno, pero a las que podés evitar, evitalas.
- mmmm
- Cómo te cagué con mi respuesta ¿no?.
- Si. Tampoco me gusta que me cagues con tus respuestas.
Hace sueño. Y me voy a dormir. Noche común y silvestre. Más de lo mismo. Cero factor sorpresa. Aveces siento que mis amigos tiene menos onda que la cámara de diputados y senadores junto. En fin.
- Esta edad es una edad de mierda.
- ¿Por?.
- Por que no somos lo suficientemente viejos para hacer vida de viejos, ni lo suficientemente jóvenes como para hacer vida de jóvenes.
- Te quiero.
- Y yo a vos.
Comida mexicana. Me como tres tacos. Postre con dulce de leche. La mina que habla de vinos. Y habla de vinos. Y habla de vinos. Y habla de vinos. Y NOS SACA LA PACIENCIA A TODOS POR QUE NO QUEREMOS SABER MÁS NADA DE VINOS. Que las burbujas del champagne, que el cuerpo del vino, que el aroma a frutos rojos y a madera. PELOTUDÍSIMO MONÓLOGO DE LA MINA QUE TUVO UN EX NOVIO ENÓLOGO Y HACE CATARSIS CON NOSOTROS HABLÁNDONOS DE VINOS.
- Vamos por aquella calle - le digo - no me gusta el camino que querés hacer -
- Hay tantas cosas que no me gustan...
- Y bueno, pero a las que podés evitar, evitalas.
- mmmm
- Cómo te cagué con mi respuesta ¿no?.
- Si. Tampoco me gusta que me cagues con tus respuestas.
Hace sueño. Y me voy a dormir. Noche común y silvestre. Más de lo mismo. Cero factor sorpresa. Aveces siento que mis amigos tiene menos onda que la cámara de diputados y senadores junto. En fin.
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