martes, octubre 03, 2006

Como una sandía

Tenía la pata hinchada como una sandía...¡y nadie le daba hielo!. Cada cual metido en su trabajo. Y los remitos, y las facturas, y los comprobantes, y la mercadería. Y el pobre tipo con la pata hinchada como una sandía, contemplando el caos egoísta a su alrededor.

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