Verduga
Y me imagino que todas yacen sobre camillas blancas,
están atadas de pies y de manos.
A la boca la tienen tapadas con trapos.
No son muchas,
solo algunas pocas:
cuatro, quizá cinco.
Y yo me dedico a torturarlas verbalmente,
mientras con una sierra eléctrica,
les corto las orejas.
están atadas de pies y de manos.
A la boca la tienen tapadas con trapos.
No son muchas,
solo algunas pocas:
cuatro, quizá cinco.
Y yo me dedico a torturarlas verbalmente,
mientras con una sierra eléctrica,
les corto las orejas.
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