Volviendo a la normalidad de la que nunca me fuí

Anoche creí que me iba a llamar, de verdad que lo creí.

Quería llamarlo y decirle: "lo único capás de hacerme salir de mi casa en esta noche tan, pero tan fría es que vos me digas: "salgamos a charlar y a tomar algo, tengo ganas de verte"".

(también pongo comillas adentro de comillas, y como ya saben, este es mi blog y hago lo que quiero).

Pero ese llamado nunca llegó.

La ulitma vez que hablé con él sentí que me extrañaba, o que estaba caliente y necesitaba una buena cuota de sexo con alguien de confianza. Y convengamos que entre extrañar y lo segundo, las diferencias son minúsculas.

Lo peor va a ser seguramente esta tarde u hoy. Cuando mis amigos me pregunten : "¿Qué hiciste anoche?". Y tenga que responderles que "nada".
Cuando en realidad me pasaron miles de cosas, pero en mi casa. Bueno, no miles: una.
Pero que grosa esa única cosa que me pasó anoche, lástima que no puedo contarsela a nadie.