Muchas ganas de nada
Ni de ver a la gente de la facultad.
Ni de escuchar las anécdotas cotideanas de sus horrorosas vidas que son igual de horrorosas que la mía.
Ni de que me pilles besando al fantasma vivo de un recuerdo muerto.
Ni de mirarle el paquete a cualquier mortal que se sube al colectivo.
Ni de ahorrar.
Ni de privarme.
Ni de tener esta inseguridad espantosa que es como una bolsa de Disco en la cabeza que no me deja respirar.
Ni de sacar los cospeles de la bolsita y guardarlos en el monedero.
Ni tampoco acordarme del sueño que tuve anoche en el que arriesgaba la vida de mis amigas manejando un 147 que por momento era un Renault 12.
Ni de acostarme en mi cama a escuchar música, ni de leer, ni de tener fanstasías sexuales o de las otras.
Ni de escuchar las anécdotas cotideanas de sus horrorosas vidas que son igual de horrorosas que la mía.
Ni de que me pilles besando al fantasma vivo de un recuerdo muerto.
Ni de mirarle el paquete a cualquier mortal que se sube al colectivo.
Ni de ahorrar.
Ni de privarme.
Ni de tener esta inseguridad espantosa que es como una bolsa de Disco en la cabeza que no me deja respirar.
Ni de sacar los cospeles de la bolsita y guardarlos en el monedero.
Ni tampoco acordarme del sueño que tuve anoche en el que arriesgaba la vida de mis amigas manejando un 147 que por momento era un Renault 12.
Ni de acostarme en mi cama a escuchar música, ni de leer, ni de tener fanstasías sexuales o de las otras.
¡Ah, la vida es un espanto!.
Pero mucho menos espantosa que ántes, por cierto.
;-)
2 Delirios ajenos:
el acento de ántes, fue a propósito... y entiendo por que.
un beso
¿Si? Yo no...
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