X;Y
Me despierto de dormir la siesta como quién se despierta de su letargo. Suena el teléfono y me pregunto mientras camino tratando de no estamparme los dedos contra algún mueble: ¿cuáles son las cordenadas de este punto, que es este momento angustioso, en la línea del tiempo?. Aveces me despierto y me hago preguntas pelotudas.
Me despierto con cierta angustia existencial. Me despierto queriendo ser otra persona. De volverme hacia atrás en esta parábola negativa de vida que he dibujado con mis desiciones (o mis no desiciones) en esta figurativa pero precisa línea de tiempo.
Primero es angustia y después es enojo. Muta como un bicho cambiando de color. Primero es angustia, después es enojo y después se convierte en una especie de frustración parecida a la que sienten las mujeres que nunca tuvieron hijos. Entro en sesión espontánea con mi psicóloga imaginaria que es una vieja que me cae mal. Y entonces le cuento esto que me pasa y ella no sabe qué decirme. Y salgo (otra vez frustrada) del consultorio para volver a la cama como un troglodita asustado.
Vuelvo a la cama. Pensando en las coordenadas de este punto, que es este momento en una línea de tiempo. Aveces una interrupción no es suficiente para que yo deje de pensar en mis preguntas pelotudas.
Las sábanas están calientes y el ventilador prendido.
Daría la vida por tener un buen motivo para salir a la calle.
Me despierto con cierta angustia existencial. Me despierto queriendo ser otra persona. De volverme hacia atrás en esta parábola negativa de vida que he dibujado con mis desiciones (o mis no desiciones) en esta figurativa pero precisa línea de tiempo.
Primero es angustia y después es enojo. Muta como un bicho cambiando de color. Primero es angustia, después es enojo y después se convierte en una especie de frustración parecida a la que sienten las mujeres que nunca tuvieron hijos. Entro en sesión espontánea con mi psicóloga imaginaria que es una vieja que me cae mal. Y entonces le cuento esto que me pasa y ella no sabe qué decirme. Y salgo (otra vez frustrada) del consultorio para volver a la cama como un troglodita asustado.
Vuelvo a la cama. Pensando en las coordenadas de este punto, que es este momento en una línea de tiempo. Aveces una interrupción no es suficiente para que yo deje de pensar en mis preguntas pelotudas.
Las sábanas están calientes y el ventilador prendido.
Daría la vida por tener un buen motivo para salir a la calle.
7 Delirios ajenos:
Ayer lei este Post. No comente pero me quede pensando en ello. Y esta mañana cuando venia en el Bus me dije: Maia tus cordenas no se ubican en ese plano cartesiano X;Y.
Tu linea de tiempo deberia ubicarse en el espacio tridimensional X;Y;Z.
...
Aqui, la variable que te faltaba.
¿Es posible pensar que el espacio tenga más dimensiones que tres, y que no nos damos cuenta de ello? ...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bueno, dicen por ahí que la cuarta dimensión es el tiempo. Supongo que son conceptos tan abstractos que a nosotros, los simples mortales, no nos da el disco rígido para entenderlos. Al menos amí.
Las dimensiones espaciales son 3 y puede tomarse al tiempo como una cuarta dimensión. El contarlo o no como dimensión dependerá del autor y del tema.
La teoría de las microcuerdas postulaba la existencia de al menos 27 de ellas, aunque fue dejada de lado (según tengo entendido) hace un tiempo.
Igualmente cualquier desarrollo sobre física cuántica requiere de la presencia de innumerables dimensiones. Que nuestros sentidos solo nos permitan percibir lo existente en estas 3 primeras dimensiones no implica de ninguna manera que sean las únicas existentes.
Crow, bajate la peli: What the bleep do we know.
Igual vos ya sabés mucho más que yo del tema, pero creo que te va gustar.
http://www.manantialcaduceo.com.ar/film/what_the_bleep.htm
Besos cuánticos.
Seee, me extraña araña, la tengo en la PC.
¿Me puse pesado con ese tema anoche? jajajaajaja
Naaaaa...
;-)
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